“PALEODIETAS”
Algunos nutricionistas,
preocupados por el aumento de la obesidad y las enfermedades asociadas al sobrepeso
proponen volver a la “paleodieta, es decir, comer lo mismo que nuestros
antepasados de la edad de piedra. Y la cuestión es, ¿una moda extravagante o
una buena propuesta con base científica para adelgazar y mejorar la salud? En este
capítulo, vamos a ver razonamientos dispares sobre el tema.
En el mundo
desarrollado, y especialmente en EEUU, el sobrepeso se ha convertido en una
epidemia que amenaza la salud de millones de ciudadanos. Proliferan todo tipo
de libros sobre planes de adelgazamiento, y tener buen aspecto y un cuerpo
estilizado es el sin vivir de muchos, que se apuntan a recetas mágicas para
mejorar su calidad de vida y su físico. En esta búsqueda del alimentario perfecto, ha
irrumpido con fuerza la moda de la paleodieta, menú que supuestamente ingerían
nuestros antepasados de la Edad de Piedra y que cuenta con incluso colectivos
de adeptos que se hacen llamar cavemen -cavernicolas-.
Siguiendo el rastro de los gurús en su
investigación, di con Loren Cordian, profesor de filosofía del ejercicio de la Universidad
Estatal de Colorado, predicador del mensaje
de su investigación de los últimos años en el que refleja el efecto nocivo de
la nutrición actual en relación con enfermedades coronarias, la diabetes,
obesidad o el cáncer. Dice que se tome
solo carne magra, pescado, marisco, tuétano, casquería, frutas, verduras,
nueces y bayas, que así nunca estará obeso y falto de vitalidad, y que se
encontrará mejor, más ágil y delgado. Podrá comer hasta cien tipos de
vegetales, pero nada de leche o sus derivados. Los cereales y legumbres están
absolutamente prohibidos. El grano puede que sea bueno para los pájaros, pero
no para usted.
Con este trasfondo neodarwinista,
éste sugiere, ya que estamos genéticamente adaptados para la alimentarnos de lo
mismo que los cazadores-recolectores, la mejor dieta que podemos sugerir es la que
tuvieron nuestros antepasados de la edad de piedra. Al fin y al cabo, es la que
la humanidad ha ingerido durante cientos de miles de años y, como fue la
naturaleza la que la diseño, se ha grabado en nuestro patrimonio genético.
Invitándonos a que recuperemos la alimentación para la que
estamos genéticamente programados, dice el profesor que no solo perderemos
peso, sino que también recuperaremos la salud y el bienestar. Para Cordian, el
progreso aporta muchos alimentos que no
estaban presentes en la prehistoria y que por tanto no deben consumirse, como
lácteos, cereales, sal o azúcar refinada.
La arqueología y la antropología nos dicen, que los pueblos cazadores se
nutrían con carnes magras de animales salvajes y
carbohidratos-azucares-procedentes de frutas y verduras exclusivamente, entre
estas, no estaban las patatas ni otros tubérculos que Cordian recomienda
suprimir por su alto nivel glucémico. Consecuentemente, aquellos hombres
primitivos, ingerían poco dulce y mucha fibra, que baja el colesterol en
sangre, regula la función intestinal y previene el estreñimiento. Durante 2,5
millones de años todos los humanos comieron de esa manera, hasta que la
revolución agrícola les hizo abandonar el estilo de vida cazador-recolector-, lo
que provocó el aumento de la población y el desarrollo de la sociedad
tecnológica e industrializada.
En mi opinión, el
argumento parece convincente, pero ¿se ajusta al guion evolutivo de nuestra
especie?, esta es realmente mi pregunta. Parece demasiado tiempo comiendo lo
mismo. Es posible que los modos y costumbres alimenticios variasen con el paso
de los años y el desarrollo de la cultura. Cosa, que también puede haberse
grabado en nuestro patrimonio genético.
Ahora veamos uno de los puntos más polémicos de la propuesta
de Cardain. Él promulga eliminar de la dieta los tubérculos con exceso de
hidratos y azucares, como las patatas, pero vemos que los
cazadores-recolectores- actuales, raramente tenían a su alcance otros vegetales
calóricos tales como aguacates, aceitunas o nueces. Su dieta se basa en tubérculos o bulbos generosos en carbohidratos, como seguramente ocurriría
con la de los paleolíticos y sus paleodietas. Creo firmemente que la idea de que estos
vivieron en un hábitat superproductivo es poco realista, más bien se
enfrentaron a la escasez estacional y a la necesidad de colonizar territorios
con recursos pobres en los que los tubérculos son más abundantes. Así que uno
de los postuladores de la moderna paleodieta no parece tener apoyo de la
antropología ni en los ecosistemas del pasado.
El otro elemento polémico es su rechazo frontal de la leche
y derivados por su bajo valor proteico, 21% y su elevado contenido en grasas
saturadas, 60%, (leche entera) ,que
aumentan el colesterol con el consiguiente riesgo de enfermedades coronarias. ¿Es
realmente la leche procedente del ganado un alimento nocivo? Pues bien, este es
un tema en el que quiero profundizar en otro artículo y dejar todo bien claro y
repasado, pero brevemente, explicar hasta entonces, que personalmente, observo
curiosamente cómo evolucionan las modas y las costumbres a lo largo del tiempo.
Si bien antiguamente hubo un momento en el que se admiraba la alta tecnología,
la sofisticación y el progreso en todos sus dominios, ahora parece que lo más “ideal” es todo lo “natural”,
palabra que repiten hasta la saciedad en publicidades de alimentación y
cosméticos, ¿es curioso no?. Siempre el mismo apoyo en los mismos argumentos, que
el
75% de la población mundial tolera mal la lactosa y que el hombre es el único animal que toma leche después de la lactancia. Bien, yo pienso que como en todo,
guardando un equilibrio es bueno, por tanto, la leche de ganado, dentro de las
cantidades recomendadas, no sólo es prácticamente inocua, sino que existen numerosas
investigaciones que estudian y demuestran sus potenciales efectos beneficiosos
para la salud.
Esto se sostiene.
Vereis, dicho todo esto y lógicamente contrastando mucho, leyendo de muchos expertos en la materia y siguiendo varias investigaciónes,siempre largas, de varios años de duración, particularmente, no creo que la dieta paleolítica sea saludable
ni sostenible a largo plazo, creo que lo mejor es una opción que no limite
tanto, que no sea tan restrictiva ni alejada de la cultura. Viendo los
alimentos prohibidos, intuyo un desequilibrio en los procesos de creación de
energía de nuestro cuerpo. En dichos procesos los hidratos de carbono son
indispensables, así como las fibras y las vitaminas presentes en lácteos y
demás censurados, así que como dije antes, respaldo una vez más lo único que
funciona, que es el equilibrio. Con
esto, dejar claro que no creo que esta dieta paleolítica se mala por tener un
alto contenido en proteínas sino por sus restricciones. Sé que haciendo esta dieta, no se llegan a ingerir más de 2gr/kg/día, así que, no
hay un exceso proteico en este caso, que sería entre otros, algo
perjudicial para la salud, el exceso de proteínas sube el nivel de amoniaco en sangre y produce daños en hígado y riñones, deshidratación, perdida de apetito e incluso la muerte. Siempre he sido y soy un auténtico defensor de las proteínas y ya
que estamos, explicaros que por ejemplo, el pescado que se devoraba crudo en el paleolítico
en el Ártico, aportó a los humanos nutrientes que mejoraron las expectativas de
vida. También quiero dejar para más adelante el tema de las proteínas y
profundizar más en sus increíbles beneficios y sobre todo en el deporte.
En una cosa sí estoy de acuerdo con esta dieta, y es en la restricción
de azúcares refinados, un exceso de hidratos de carbono y por supuesto en la ingesta
de alimentos procesados e industrializados, esto si es un grave problema para
la salud y de los cuales sí creo que proviene el vertiginoso aumento de
enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer como ya expliqué en el post
del azúcar. http://edwardopino.blogspot.com.es/2014/01/azucar-dulcemente-toxico.html
* Siempre mayor proporción de hidratos de carbono,
invariablemente provenientes de productos integrales, hortalizas y verduras, y siempre mejor por la
mañana, y menos por la noche, cediendo entonces el espacio a las proteínas para la recuperación
de las células musculares, y más si hacemos con frecuencia buenas jornadas de entrenamiento.
La paleodieta y el deporte.
Es muy sencillo, partiendo de la
base de que un deportista tiene que hacer también una dieta equilibrada, lo que
sucede es que al hacer deporte gastará más calorías y por tanto, no es
recomendable. Manteniendo la dieta equilibrada, si tomarás más hidratos de carbono, más grasas y
también más proteínas. Es importante que
te diga que en el paleolítico, se hacía mucho ejercicio físico, por ejemplo
para cazar.
Para aprovechar la ocasión, quiero poneros un ejemplo de lo
que sería una dieta equilibrada para que se vea del todo claro, después podemos
extrapolar al tipo de vida que llevamos.
Imaginemos una persona que pesa 75 kg., come 2.000 calorías y no hace ejercicio. En una dieta equilibrada tomará:
- 55% de hidratos de carbono : 1100 calorías, 275 gramos.
- 30% de grasas: 600 calorías, 66,6 gramos.
- 15% de proteínas: 450 calorías,75 gramos, es
decir 1 gramo/kg/día.
La persona
del ejemplo anterior comienza a correr una hora al día y gasta 600 calorías
más. Para mantener el peso come 600 calorías más que antes, y la relacióne es:
- 15% de proteínas: (sobre las
600 calorías) son 90 calorías, lo que equivale a 22,5 gramos.
- Ahora toma 75 + 22,5 gramos, por tanto 97,5 gramos.
Una persona
de 75 kg. de peso que tome 97,5 gramos de proteínas esta tomando 1,3 gramos por
Kg de peso. Fijaos que en vez de tomar 1 gramo de proteínas por kilo de peso,
estará tomando 1,3 gramos de proteínas por kilo de peso. Con esas proteínas tiene
suficiente para sus necesidades incluyendo la hora de ejercicio que está
haciendo.
La fuerza y equilibrio son parte de un mismo ser, úsalas bien y disfruta.
Eduardo Pino.