martes, 14 de enero de 2014




"AZÚCAR, DULCEMENTE TÓXICO."


  Por azúcar, no hay que entender solo la sustancia blanca y granulada que ponemos en el café (la sacarosa), sino también el jarabe de maíz de altísimo contenido en fructosa, muy frecuente en refrescos y dulces; para mí, el aditivo más demonizado. En este artículo, quiero hablaros de hasta donde considero que llega la peligrosidad de este veneno para la salud humana y las consecuencias que su consumo conlleva.   


 


CUÁNTO CONSUMIMOS. 

  En mi opinión, el consumo excesivo de azúcar, es la causa por la que el numero de obesos y diabéticos en Estados Unidos se haya disparado en los últimos 30 años, que en España el 40% de la población padezca sobrepeso y obesidad, y de que la obesidad infantil haya aumentado hasta un peligroso 30%, según datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).  La OMS recomienda 60 gramos al día, los norteamericanos  duplican esa cantidad, casi les alcanzamos en los 4 últimos años con un ascenso imparable en su consumo. 
  El azúcar, es la causa dietética de varias dolencias crónicas, generalmente consideradas consecuencias del estilo de vida occidental como hipertensión, enfermedades cardíacas y hasta algunos cánceres.
 
  Mi postura es que, más allá de sugerir que una dieta saludable debe incluir más frutas y verduras y tal vez menos grasas y sal, está en afirmar que un ingrediente de nuestra dieta, que además de ser un capricho, es tóxico.

 * A principios de los 80, el jarabe de maíz alto en fructosa, sustituyó a la sacarosa en muchos refrescos, precisamente porque esta tenía, en dicha época, fama de nociva. Entonces, de repente, el jarabe de maíz apareció como una alternativa saludable. Así lo percibió el consumidor. Además, era más barato que la sacarosa, toda una ventaja competitiva para la industria. Hoy la situación se ha invertido y el azúcar refinado protagoniza su regreso a la industria alimenticia como la alternativa saludable al jarabe de maíz. En mi opinión, jarabe de maíz de alto contenido en fructosa, azúcar…, no hay diferencia.

  La demanda mundial de azúcar, creció en los dos últimos años, alrededor del 1,7%. Pero mientras en el mundo desarrollado disminuye progresivamente su consumo, aumenta con energía en los países en desarrollo, de hecho, se espera que cada habitante de China consuma 40 kilos de azúcar al año cuando acabe la década, mientras que en los países desarrollados no se mantendrá la media por encima de 35 kilos de azúcar al año.
  En España, cada uno de nosotros se come o bebe unos 28 kilos anuales. Según la primera Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española (ENIDE), lo que más nos pierde son los zumos y refrescos, el quinto elemento más consumido, por encima de legumbres pescados o cereales; y por debajo de las bebidas alcohólicas!!

El origen de la tendencia a engordar está en el exceso de hidratos de carbono que ingerimos y, en concreto, en los refinados: Azúcar, dulces, pan, pastas, etc. Este tipo de alimentos da lugar un exceso de insulina y a la conocida comoresistencia a la insulina (la insulina es la hormona que, entre otras cosas, "decide" si lo que comemos se quema o se almacena).



TECNICISMOS FRECUENTES.


  El azúcar refinado (la sacarosa) se compone de una molécula de glucosa unida a otra de fructosa. La fructosa, que es casi dos veces más dulce que la glucosa, es lo que distingue al azúcar de alimentos como los cereales o patatas, ricos en hidratos de carbono que en la digestión se descomponen exclusivamente en glucosa. El jarabe de maíz, que es la forma en que principalmente se consume la fructosa, se compone de un 55% de fructosa y un 45% de glucosa. Cada uno de estos azucares termina en nuestro intestino como glucosa y fructosaLa pregunta correcta: No debería ser que tipo de de azucares peor o mejor, sino cuales son los efectos del consumo de ambas en nuestro cuerpo.

  Durante mucho tiempo, lo peor que escuchábamos del azúcar, es que causaba caries y prestaba calorías huecas (sin más nutrientes que su propia energía) y que tomábamos mucho, debido a que sabía bien. Con independencia de la validez de lo anterior, de lo que no hay duda es de que se trata de un argumento muy cómodo. Permite que todo el mundo le eche la culpa de la obesidad, y por extensión, de la diabetes, al hecho de comer en exceso y no hacer ejercicio ya que, en definitiva, una caloría es una caloría venga de donde venga…, pues nada más lejos de la realidad.
 
  Mi concepto: siguiendo los pasos de auténticos investigadores y expertos como "Robert Lusting" o "Gary Taubes", el consumo de azúcar, tiene que ver con unas características únicas y no con el consumo de calorías vacías; exactamente con la forma en que nuestro cuerpo metaboliza la fructosa que contiene, que puede hacer que sea perjudicial, al menos si se consume en determinadas cantidades.

  Isocalórico pero no Isometabólico: Podemos ingerir 100 calorías de azúcar refinado (50% glucosa y el 50% fructosa) y 100 calorías de glucosa de almidón (una patata, pan, u otra fuente de almidón), y ambas, se metabolizarán de forma diferente y tendrán un efecto distinto en el organismo. Las calorías serán las mismas, pero las consecuencias metabólicas serán totalmente diferentes.

  El consumo de azúcar significa por lo tanto, más trabajo para el hígado que si se consume la misma cantidad de calorías de almidón. Además, si se toma ese azúcar en forma líquida, ya sea en zumos o refrescos, (zumo de frutas envasado: 200ml, contienen 20g; refresco, 330 ml , unos 35 gramos de azúcar), la fructosa y glucosa llegarán al hígado con mucha más velocidad  que si te comes una manzana. Por tanto, la velocidad con la que el hígado tiene que hacer su trabajo, afectará directamente a la velocidad con la que tiene que metabolizar la fructosa y la glucosa.

* El componente de fructosa del azúcar y del HFCS (jarabe de maíz de alta fructosa), se metabolizan principalmente en el hígado, mientras que la glucosa del azúcar y los almidones se metabolizan en cada célula del cuerpo.


TIPOS DE AZÚCAR.


  Existe gran confusión respecto al significado de “azúcar”. Solemos identificar con la materia blanca con que endulzamos el café, y casi siempre el del bar con un sobrecito que lo acompaña, pero ese es solo un tipo, la sacarosa. Tanto ella como la lactosa, la glucosa, la fructosa…son carbohidratos con un gran parentesco. He aquí algunos de los más básicos y sus “familiares” más cercanos.




MIEL: Contiene fructosa y glucosa. Su aporte calórico es similar al de la sacarosa, aunque tiene nutrientes de vital importancia, entre otras muchas, positivas y únicas propiedades, como antioxidantes, vitaminas, minerales,  de los cuales carecen todos los demás. Endulza el doble que el azúcar de mesa y por tanto necesita menos cantidad, con lo cual, yo la considero la mejor opción con diferencia.

 

 
FRUCTOSA: Presente en las frutas y la miel, extraída y concentrada, se usa como azúcar alternativo. Es apta para diabéticos, pero tiene un alto contenido calórico.
 








 
AZUCAR MORENO: Se obtiene mezclando azúcar más grueso con jarabe de melaza. A efectos nutricionales, apenas se diferencian.
 









GLUCOSA: Es el compuesto orgánico mas abundante de la naturaleza. Para su uso industrial se obtiene del almidón de cereales. Por su rápida absorción la usan determinados deportistas.
 


 
 



MELAZA DE CAÑA: Es el producto que queda tras extraer los azucares de la caña. Se usa para elaborar azúcar moreno, en algunas bebidas alcohólicas y como edulcorante, aunque tiene muchas más calorías que la sacarosa.
 
 
 
 


          
AZUCAR DE MESA: Lo que solemos  llamar azúcar se denomina sacarosa y es un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa. Se obtiene de la caña o de la remolacha.

 
 



JARABE DE MAIZ: líquido obtenido del almidón o fécula de maíz. Como la sacarosa, está formado por glucosa y fructosa,  con mayor contenido de fructosa. Se usa en la elaboración de bebidas.
 
 
 



 
LACTOSA: el azúcar de la leche. Es menos dulce y soluble que la sacarosa y a veces difícil de absorber por el sistema digestivo.


* Cada persona tiene diferentes niveles de respuesta a la insulina, que únicamente depende de factores genéticos. Cada uno deberá conocer su metabolismo en este sentido e ir testando la cantidad de hidratos de carbono "buenos" que mejor se ajustan a su naturaleza. Y siempre evitando los "malos" (refinados de rápida absorción).


SÍNDROME METABÓLICO.



  Se sabe, que al menos en ratas y ratones de laboratorio, si la fructosa alcanza el hígado en la cantidad suficiente y la velocidad necesaria, éste la convertirá en su mayor parte en grasa. Pues bien: este proceso parece inducir resistencia a la insulina, problema fundamental asociado a la obesidad y también a afecciones vinculadas a cardiopatías y diabetes tipo 2, común en personas con sobrepeso.
  Cada vez está más claro, y hablo de entre los profesionales de la salud, que el estado conocido como síndrome metabólico (también conocido como síndrome de resistencia a la insulina) es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiacas y diabetes, si no el principal. En EEUU, alrededor de 75 millones lo padecen, en España, según estimaciones, uno de cada tres adultos podría padecerlo.
  Si usted padece sobrepeso, hay un gran número de posibilidades de que tenga el síndrome metabólico, razón por la cual será también más probable que sufra un ataque al corazón o se convierta en diabético, o ambas cosas; cosas de las cuales una persona delgada no ésta libre totalmente de riesgo.

  Sufrir síndrome metabólico: significa que las células del cuerpo hacen caso omiso de la acción de la hormona insulina, una situación conocida técnicamente como Resistencia a la Insulina.
  ¿Qué causa esta resistencia?: pues hoy por hoy, los investigadores se declinan a pensar que está muy relacionada con la acumulación de grasa en el hígado.
¿Qué hace que el hígado humano acumule grasa?: gran parte puede atribuirse a la predisposición genética, ahora bien, existe la posibilidad de que esa acumulación esté relacionada con el consumo de azúcar.


RELACIÓN CON EL CÁNCER.


  Una de las enfermedades que aumenta con la incidencia de la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico, es el cáncer. De la conexión entre obesidad, diabetes y cáncer, se hablo por primera vez en 2004 en estudios realizados sobre grandes poblaciones por investigadores del instituto Internacional de Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sobre eso, no hay discusión; es más probable que padezca usted cáncer si es obeso o diabético que si no lo es y que es más probable que tenga usted cáncer si sufre el síndrome metabólico que si no lo sufre.


  La mayoría de investigadores coinciden en que la relación entre el estilo de vida occidental y el cáncer se manifiesta precisamente a través de esta asociación con la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico, que si no lo sufre. Consideran, que el problema de la resistencia a la insulina, es que nos empuja a segregar más insulina y, en concreto un tipo de insulina (así como una hormona relacionada, conocida como factor de crecimiento insulínico), que fomenta el desarrollo de tumores. Las células de muchos canceres dependen de la insulina, ya que ésta les proporciona el combustible
-azúcar en sangre-  que necesitan para crecer y multiplicarse. A mayor cantidad de insulina, mejor crecen y se multiplican las células.

* Hasta cerca de los años 70, los expertos en nutrición recomendaban dietas altas en proteínas y bajas en hidratos de carbono como las más sanas. En ese momento, unos pocos expertos influyentes empezaron a cambiar de opinión a toda la comunidad médica y a la sociedad, inclinándose por las dietas altas en hidratos de carbono, generando la mayor epidemia de obesidad de la historia.


* EL ÚNICO Y EXCEPCIONAL CASO EN QUE VEO ÚTIL EL AZÚCAR REFINADO PARA LA NUTRICIÓN, ES EN EL DEPORTE:  es en el caso en que necesitamos recuperar rápido después de un duro entrenamiento, de cara a otro entrenamiento próximo, o si vamos a dejar descansar el cuerpo menos de 8 ó 10 horas hasta el siguiente entrenamiento en el día siguiente; esto tampoco debería hacerse de una forma sistemática, en caso de necesitar hacerlo, existen otras soluciones. De este modo, devolvemos al músculo parte de su energía de forma más rápida, para que pueda seguir acumulando más y mejor en las siguientes ingestas de carbohidratos complejos, que es de los que se deben nutrir  nuestros músculos para tener niveles óptimos de energía.



CONCLUSIÓN.


  Para terminar, deciros, que aunque en muchas ocasiones en el artículo, os haya estado hablando de cosas que no podemos ver como un hígado graso, resistencia a la insulina y todo lo demás, si hay algo más claro aparte de que estar obeso cause la aparición de la resistencia a la insulina, es la propia dieta que uno sigue. En este caso, y si aceptamos esto, es difícil sustraerse a las conclusiones de que el azúcar puede causar algunos tipos de cáncer por lo menos, por radical que pueda parecer.

  A mi parecer, la idea de que las personas obesas carecen de fuerza de voluntad es falsa. Es la presencia constante del azúcar en la dieta la culpable de la epidemia de obesidad.

  Yo, hace tiempo que he eliminado el azúcar refinado de mi dieta porque creo que, en última instancia, hacerlo es algo que está en mi mano para reducir el riesgo de cáncer y demás patologías. El azúcar me da miedo.

  Un libro imprescindible para los forofos y profesionales de la nutrición. Si te gusta el tema, no deberías dejar de leerlo. Why we get fat  (por qué engordamos) Gary Taubes.